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Trucos de fontanería

Existen algunas reparaciones de fontanería que puedes hacerlas tú mismo si tienes algo de mano y con los siguientes trucos que te vamos a dar. Y es que en muchas ocasiones se evitan estas tareas porque parecen complicadas, pero no es así en todos los casos.

Tuberías del inodoro

Hay diferentes motivos por los que no puede estar funcionando bien un inodoro y por lo general, suelen ser bastante fáciles de arreglar. Lo primero que hay que hacer es averiguar cuál es la causa de por qué no desagua. Una vez se sepa, se debe reemplazar la pieza, siempre cerrando la llave de paso antes.

Fregadero

Se puede cambiar un lavabo de baño de forma sencilla, aunque el fregadero de la cocina ya es algo más complicado. Para ello se va a necesitar una llave de stilson, un set de llaves de correo y un cortatubos entre otras herramientas.

Echar aceite o tirar restos de comida por el fregadero, o la simple acumulación de jabón y pelos en los lavabos, son gestos que provocan la mayor parte de los atascos. Se aconseja usar un desatascador de goma fácil de manejar y usar una solución de agua caliente y bicarbonato para disolver la grasa acumulada en las tuberías.

Olor a gas

Si notas olor a gas, hay que apagar la válvula del mismo y esperar a que desaparezca antes de encender de nuevo la llama. También cierra la llave de paso y ventila la casa. Si el olor no se va, apaga la válvula del suministro del gal y llama a urgencias. Mientras llegan no hay que manipular ningún aparato eléctrico ni accionar ningún interruptor.

Arreglar la lavadora

Este electrodoméstico tan útil en un hogar, cuando necesita ser arreglada, lo primero que hay que hacer es desenchufarla así como los cables eléctricos que la puedan rodear. Además hay que analizar como se encuentran las mangueras de agua caliente y fría y confirmar que se encuentran conectadas correctamente y que se encuentran dobladas, además de comprobar el filtro.

Purgar radiadores

Durante los meses en los que los radiadores están apagados, pueden llegar a acumular aire y para solucionarlo lo que hay que hacer es encender la caldera, abrir el tornillo de evacuación con ayuda de un destornillador y dejar que vaya saliendo el aire hasta que comience a salir agua.

Tips para desatascar un fregadero

Un fregadero atascado es uno de los problemas que más suelen suceder en una cocina. Aunque parezca que está limpio, siempre terminan quedando algunos restos de comida, grasas y desperdicios que poco a poco, se van pegando a las paredes de las tuberías hasta que terminan atascándose. En otras ocasiones, acaban obstruyéndose porque no cuentan con la inclinación correcta o porque se han deteriorado con el tiempo. Cuando no se sabe que hacer ante un atasco y éste persiste, lo mejor es llamar a un profesional, pero en los casos más leves, se pueden usar una serie de trucos que se pueden hacer en casa para desatascar tu fregadero.

Lo primero es evitar el atasco, y para ello no hay que dejar que caigan restos de comida en el fregadero, asegurándose de que los platos están limpios. Tampoco debe quedar restos de café o de aceite, ya que se adhieren muy fácilmente a las cañerías, actuando como un pegamento que atrae la suciedad.

Para desobstruir una tubería, el desatascador que se ha venido utilizando toda la vida, es la solución más sencilla. Para usarlo de manera correcta hay que llenar el fregadero con unos dos centímetros de agua que hará las funciones de sellado. Si persiste el bloqueo, se puede probar a echar una cazuela de agua hirviendo con un poco de sal y dos vasitos de bicarbonato de sodio, por el sumidero. Para que funcionen correctamente estos ingredientes se deben seguir unos pasos:

Echar en el fregadero un vasito de bicarbonato y después dos de agua muy caliente para que la suciedad se ablande y vayan desapareciendo todas las impurezas. Se espera unos minutos y se echa el otro vasito de bicarbonato y otro de agua caliente. Se tapa el desagüe. Después de unos minutos más, se destapa y se echan otros dos vasos de agua. Se puede repetir varias veces el proceso hasta que desaparezca el problema.

Otra solución casera muy habitual es la sosa caústica, aunque hay que tener precaución en este caso ya que si las cañerías son de cobre, pueden llegar a corroerse u obstruirse.

Si te atreves también puedes hacer de fontanero. Para ello ponte debajo del fregadero y desmonta el sifón para limpiar la suciedad causante de la obstrucción de la cañería. Si no te ves capaz prueba a echar un poco de coca cola, un truco que funciona solo cuando el atasco no es demasiado grave. Lo que tienes que hacer es agitar la botella de este refresco para que tenga presión y echarlo sobre el desagüe directamente. Cuanto mayor presión tenga, más grande va a ser su efecto.

Si ninguno de estos trucos te funciona, lo más recomendable es que llames a un servicio de fontaneros para que te solucionen el problema.

Cómo ahorrar agua en casa

Hay muchas maneras de ahorrar en casa agua, y numerosas son las que tienen que ver con las costumbres y los hábitos como por ejemplo no dejar abierto el grifo mientras te estás cepillando los dientes o se friegan los platos. Descongelar en el interior de la nevera los productos en lugar de hacerlo debajo del agua del grifo, ducharse en vez de bañarse o regar el jardín por la mañana a primera hora o a última de la tarde, son también otras formas de ahorrar agua.

Otras por el contrario, están relacionadas con la instalación de diferentes dispositivos y aparatos que maximizan el rendimiento del agua. A continuación vamos a ver algunas de las más importantes.

Cisternas de bajo consumo. Los modelos más actuales de cisternas pueden llegar a reducir el consumo de agua de manera considerable, ya que permiten descargas más pequeñas, de aproximadamente siete litros que suele ser suficiente en muchos casos. Las cisternas antiguas usaban descargas mayores llegando incluso a los 30 litros de capacidad. Si no puedes cambiar la cisterna, puedes adaptarla para que consuma menos, bajando el nivel del flotador para que el agua que ingrese se pare antes de que la cisterna se llene.

Cabeza de ducha con flujo reducido. Con este elemento se limita la cantidad de agua que sale, pero al elevarse la presión, se evita que se pierda la comodidad a la hora de darse una ducha. Si además se añade otro accesorio conocido como perlizador, la sensación es similar a la de antes con la diferencia de que se reduce el consumo del agua hasta la mitad.

Grifos monomando. Con estos grifos se eliminan la posibilidad de que cuando se cierran, goteen, pero además hacen más sencilla la regulación de la temperatura, impidiendo las pérdidas que se producen en los sistemas con dos mandos hasta que se logra la temperatura deseada.

Lavadoras de bajo consumo. Si estás pensando en renovar tu lavadora, lo mejor es que compres una que cuente con programas de bajo consumo. Aunque su inversión al principio es un poco mayor, permite ahorrar energía eléctrica, dinero y agua a lo largo de su vida. Sistemas de recirculación de agua.  Este dispositivo, considerado como uno de los más novedosos y más modernos del mercado de hoy en día, hace que el agua circule por un circuito cerrado hasta alcanzar los 35 grados centígrados, momento en que sale por el grifo, evitando los derroches producidos en invierno cuando se deja  que el agua corra esperando que salga la temperatura adecuada. Como el agua templada además regresa a la caldera, se calienta más rápido por lo que también se ahorra energía.

¿A qué equivale una pulgada en fontanería?

Hay ciertas medidas que son usadas en fontanerías para realizar los trabajos, y no es por hacer las cosas más difíciles, sino que es más práctico hacerlo de esta manera. Así la pulgada es una medida tradicional que se sigue usando en contextos determinados.

De manera tradicional, para medir una pulgada se usaba la falange de un dedo pulgar, en concreto la primera. Aunque este método normalmente no funcionaba ya que estaba sujeto a que una persona tuviera el dedo más gordo que otra y por tanto un margen de interpretación diferente. Por eso se optó por tomar como referencia la medida inglesa y adoptarla, ya que existía también una pulgada española que se basaba en el pie castellano, pero su medida era menor, en concreto 23, 22 milímetros.

Siguiendo por tanto el sistema métrico decimal, que no se implanta en España hasta la segunda mitad del siglo XIX, se dice que una pulgada equivale a 25, 4 milímetros. Hay que tener en cuenta que existen algunos países como Estados Unidos donde aún no ha sido implantada, por eso se usan medidas distintas como el pie, la milla o la yarda. Hay que decir que la utilización del sistema métrico ha se ha generalizado, pero todavía es posible encontrarse con algunos vestigios del pasado como en el caso de la pulgada.

Para evitar cualquier confusión hay que indicar se puede hablar de pulgadas en fontanería, para referirse a algún elemento con diámetro distinto, por ejemplo, se puede hablar de una rosca que tenga una pulgada, aunque en realidad tendrá m,a´s de 30 milímetros, aunque siempre relacionándola con una tubería que tenga 25,4 milímetros de medida interior.

A partir de ese momento se deben usar los materiales que se ajusten a las necesidades de cada trabajo y siempre teniendo en la mente que cuando se establecieron como medidas las pulgadas, se usaba hierro para la fabricación de las tuberías, por eso si se usan otros materiales como el plástico, el cobre, el hormigón o el PVC, habrá que valorar si la medida tradicional sirve de utilidad o es más práctico usar los milímetros directamente.

Los más habitual es que existan en fontanería, tablas de equivalencia para el cálculo del diámetro, no solamente de las tuberías, sino de las roscas que se van a usar para hacer la obra. Por ejemplo, si se usan tuberías se van a medir en milímetros, ya que es la medida que se usa corrientemente excepto en las que son de hierro. Para las roscas en cambio, se va a seguir usando la pulgada como medida.

Con estos datos se pueden tomar decisiones dependiendo de las necesidades de cada persona en el momento de llevar a cabo una obra de fontanería. De cualquier manera, en caso de tener alguna duda, lo mejor es contactar con un especialista en este materia que te pueda ayudar.